Pero la doctora Luciana Benedetti la salvó y el ejemplar dio a luz un hermoso potrillo.
Los milagros existen y el de esta historia tiene cuatro patas. Se llama Doctor Milagro y vino a nacer, para que este cuento de hadas tenga más peso emotivo, justamente en vísperas del Día de La Madre, en El Alpino, un campo de rehabilitación para caballos enfermos y en muchos casos desahuciados.
Y para que el milagro del nacimiento del hijo de Portal Del Alto se hiciera realidad se necesitó de tres madres. La del hoy hermoso y vital zaino, Dra. Belén, quien inició esta historia que no empezó bien y que arrancó como un drama: “Compré la yegua madre para un propietario uruguayo y la servimos con Portal Del Alto. Pero en el lugar donde estaba sufrió una infección tremenda que le hizo perder el vaso, la tercera falange y el rudimentario de la mano derecha. Ante tremendo cuadro la orden fue sacrificarla. Eso a mí me dio mucha pena, y a pesar del diagnóstico tremendo decidí salvar las dos vidas, la de la yegua madre y del potrillo en vientre. Y me acordé de la doctora Luciana Benedetti, quien en 2008 había salvado a otra yegua y llevé a Dra. Belén a El Alpino”, cuenta Irene Guimaraes, otra de las madres de Doctor Milagro. Si con una madre se es fuerte, mucho más con dos. Y qué decir si son tres como en este caso.
La otra mamá de este relato tan increíble como emotivo es la doctora Luciana Benedetti, profesional que bajo las premisas esperanza, ingenio y trabajo duro puso manos a la obra para salvar la vida de la yegua y la del potrillo que llevaba en el vientre. Sin dudas también puso una enorme, tremenda cuota de amor; el otro ingrediente que posibilitó lo que en principio parecía imposible: “La doctora se pasó días y días tirada en el suelo para curar a la yegua y reconstituirle ese vaso perdido. Y debía tener mucho cuidado con la aplicación de antibióticos porque se trataba de una yegua preñada”, explica Guimaraes. Ambas confeccionaron un video con todo el proceso desde que la yegua infectada llegó a su campo, las curaciones, la fabricación de una especie de sustituto del vaso y, por supuesto, el nacimiento de Doctor Milagro. Y los seguidores de REVISTA PALERMO pueden ver la entrevista a Irene Guimaraes en el Instagram de la publicación.
Y ese nacimiento, como se dijo al principio, fue en vísperas del Día de la Madre, justo premio para tres mamás que dejaron su corazón para que Doctor Milagro viniera a este mundo sano y salvo: “Dra. Belén puso mucho de su parte para vivir y después dar a luz al potrillo”, asegura Guimaraes y se emociona tanto como aquella noche en la que Dr. Milagro se convirtió en eso, en un milagro viviente.
Tras la alegría y la emoción se debió cumplir con un trámite que es obligatorio y es el de bautizar al recién nacido y por supuesto asentar su nombre en el Stud Book Argentino: “Por la historia se me ocurrió el nombre de Doctor Milagro, en alusión a la novela tan exitosa, y en verdad pensé que ese nombre ya lo habían usado con otro ejemplar. Pero para mi sorpresa no fue así, el nombre nos estaba esperando”, afirma y sorprende.
¿Qué pasará de ahora en más con Doctor Milagro?: “Por ahora pensamos criarlo y por supuesto lograr que algún día pueda competir”, concluye Irene Guimaraes, la portavoz de esta hermosa historia con un final feliz que parece haber salido de la creatividad de un talentoso guionista; pero que en realidad fue producto del amor por el sangre pura de carrera. Porque bellas historias como ésta ocurren todos los días en el turf y merecen ser contadas.
Por Héctor Raúl Torres
