Durante los últimos días se fue cultivando la nueva medida atizada por comunicados y envíos en las redes sociales de ambas partes. Los profesionales señalaban todas las deficiencias en las instalaciones del hipódromo, mientras las autoridades replicaban con imágenes de los trabajos que se estaban realizando.

Ante la persistencia de la medida de fuerza, la Administración decidió cerrar la cancha para vareo ayer martes, en una medida extrema que procuró dividir las aguas en el conflicto. 

Finalmente la reunión se suspendió y al cierre de esta edición continuaban los cruces por lo que sucederá en los próximos días (continuaremos informando al instante a través de nuestras plataformas digitales). 

Lamentablemente no sorprende. Si se hace siempre lo mismo no se pueden esperar resultados diferentes. Las promesas de reparación de la pista luego de las últimas medidas de fuerza nunca se concretaron. En cambio sí hay que decir que se mejoró todo el sector correspondiente al Cuarto de Jockeys, aunque todavía sin llegar a ser lo óptimo.   

La política está haciendo estragos con divisiones internas dentro de la propia Administración y más aún en el seno de la Lotería de la provincia de Buenos Aires.  

Pero además de la inquietud por el deplorable estado del circo platense es preocupante la inacción del resto de la actividad. 

Es verdad que la mayor responsabilidad recae sobre la administración del Hipódromo y la Lotería provincial… ¿pero a nadie más le preocupa la situación?

Nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que pasa en las oficinas del hipódromo. ¿Cuál es el destino de la recaudación de todas las reuniones? ¿Qué se hace con esa plata? ¿Por qué no hay ninguna institución que reclame con firmeza se difunda cómo se manejan los fondos?

Desde hace años se incumple con la Ley del Turf al no crearse la Comisión de Seguimiento. A esta altura ya es más que evidente el por qué no lo hacen.

El hipódromo carece de maquinaria para el mantenimiento de la pista. En realidad la tiene en Astilleros Río Santiago. A mediados del año pasado se anunció con bombos y platillos un acuerdo con esa empresa para avanzar en el mantenimiento del circo platense. Sin embargo nunca se concretó. En los pasillos del hipódromo de La Plata se comenta que el tractor y el rolo están varados en el astillero por falta de pago y entonces la alternativa es salir a alquilar maquinaria.  El detalle: Río Santiago es del Estado bonaerense… no hay pago intra sector público.  

Otro tema impopular pero que se debe poner sobre la mesa: ¿Toda la nómina que cobra un sueldo del hipódromo pasa una auditoría de presencia y labores?

A estas alturas es indudable que los profesionales y los propietarios que operan en el hipódromo de La Plata no pueden torcer esta realidad por sí mismos. La estructura está tan corrompida que intentos como los de este grupo de profesionales son fagocitados por una mega estructura diseñada para esquilmarlo.  

Si bien hay varios puntos en los puede no haber pleno acuerdo sobre cómo procedieron desde el último reclamo, está a la vista que los jockeys se encuentran en una encrucijada: corren arriesgado su vida para vivir o eligen preservar la vida poniendo en riesgo la subsistencia. Es una alternativa muy cruel.  

Por tanto, es imperiosa una acción de toda la actividad que apunte a salvar al circo platense. Su caída no beneficiará a nadie. Tal vez no vean en su real dimensión que si claudica La Plata la Ley del Turf va a estar en riesgo. 

En medio de este caos el calendario hípico le ofrece el próximo sábado al circo sureño y la propuesta es de tan sólo 11 competencias sin cotejo jerárquico… y ahora bajo amenaza de que se extienda el conflicto. ¿Por qué se tuvo que aceptar una situación tan perjudicial para el conjunto?

De esta forma la actividad cederá el mejor día semanal y otra vez se perderán recursos. Inentendible compulsión por la autodestrucción.

Finalizamos 2021 y arrancamos 2022 con frases de esperanza, como siempre suele pasar cuando se cierra un ciclo y se abre otro. Pero la ilusión no nos duró ni una semana. La realidad es cruel y no cambia por arrancar la última hoja del calendario.