Antes de que estallara el conflicto que derivó en la suspensión de la jornada del martes 11, una de las noticias fue el positivo de Lord Of Lords en el tercer puesto que obtuvo en el Gran Premio Dardo Rocha (G1) en el Hipódromo de La Plata que ganó Zuran Zuran.

Las muestras fueron enviadas horas posteriores a ese 19 de noviembre al laboratorio francés que exige la IFHA y los resultados se conocieron el jueves 6 de enero, 48 días después de la competencia.

Como es natural, en ese ínterin Lord Of Lords volvió a correr y ganó el Clásico Clausura (G2), también en el circo platense. Eso ocurrió el martes 28 de diciembre y como la carrera se disputó sobre el cierre de nuestra edición no pudimos darle la tapa que se merecía. Lo hicimos una semana después porque consideramos que el logro así lo ameritaba. Apenas unas horas después nos anoticiamos que esa portada “no debió haber sucedido” porque en un turf normal y serio el representante de Mamina debía haber estado purgando una suspensión. 

Fue una situación similar a la que se produjo con Irwin cuando fue distanciado del Gran Premio Jockey Club (G1) y no debía haber participado del Gran Premio Nacional (G1) que se adjudicó a expensas de Storefront. 

La diferencia entre ambos es que las muestras del Gran Premio Nacional también fueron a Francia y validadas por el mismo laboratorio y en el caso de Lord Of Cards su éxito en el Clausura (G2) será estudiado por el Laboratorio de San Isidro (no es una evaluación de juicio sobre la calidad de los laboratorios sino una simple descripción de los hechos). 

Desde hace tiempo se advierte que este descalce en las fechas entre el envío de muestras y la recepción de los resultados provoca distorsiones sustantivas en lo alto del Pattern Race clásico.

En teoría, el perdedor Storefront podía haber sido el ganador del Nacional y Don Holly (2° en el Clausura platense) se hubiese mantenido invicto en dos intervenciones con el añadido de un G2 en su palmarés. No son pocos títulos lo que se les han quitado a ambos ejemplares y a sus propietarios, además de los obvios perjuicios económicos.

Esta irregularidad tiene responsables internos y en alguna medida también externos. Cuando hace ya casi dos años se intentó aunar criterios para impulsar la certificación del Laboratorio del Hipódromo de San isidro desde distintos sectores se pusieron trabas, o al menos, se retacearon los apoyos necesarios para que la iniciativa cobre impulso. 

Hubo sectores que evitaron pronunciarse y cuando lo hicieron fueron con frases de rigor, intrincadas, y ambiguas. Luego apareció un insólito proyecto de hablaba de un laboratorio provincial que abarcaría a todas las pruebas ecuestres… No compran lamparitas y quieren hacer test…

Palermo inició su venta de carreras al exterior mediante el ambicioso proyecto de commigling… ¿Se pueden seguir presentado estas desprolijidades si vamos a competir con los mejores hipódromos del mundo?

En el plano externo, la IFHA debiera abrir un diálogo para tratar de darle una solución a la región que quedó encorsetada entre la obligación de cumplir las normas para mantener el status y tiempos de operación incompatibles con los calendarios.

De todas formas no se debe perder el foco que la solución está en nuestras manos y sólo depende de tener una gestión adecuada y que propenda al bien general. 

No parece ser mucho lo que falta. O tal vez no… tal vez sea mucho… porque se necesita que al menos por un rato se depongan egos, se dejen de lado posiciones egoístas y se piense en el bien común.

Sí, ya sabemos que es difícil. Pero aún no nos resignamos a bajar los brazos.