Mucha agua bajó por el puente desde que las carreras de caballos fueran un espectáculo para la gente. Desde aquellos tiempos que dieran origen al turf, los pura sangre son casi los mismos, aunque los artesanos que los convierten en atletas fueron obviamente aprendiendo nuevas formas de entrenamiento y cuidado para conseguir los mejores resultados. También pasó lo mismo con los escenarios; pero sin duda alguna la transformación más grande fue desde el factor lúdico: las apuestas.

En nuestro medio, el sistema de la jugada a ganador y placé (que permitía cobrar si el caballo llegaba segundo o tercero) imperó por muchos años como única opción para el aficionado. Recién con la reapertura del hipódromo de San Isidro, tras un largo paréntesis, provocó que los viejos sistemas le dieran a la gente otras posibilidades de jugar y hacer más entretenidas las reuniones. Exactas, imperfectas, trifectas y cuatrifectas impulsaron una nueva ola a favor de la chance de poder jugar y ganar más. Fue un cambio no solo beneficioso sino también una nueva apertura para los hipódromos que empezaban a sentir la influencia negativa de otros juegos que alejaban al público. 

A ese primer cambio se le añadió luego el triplo, la cuaterna, el pick 4, el 5 y 6, la cadena, etc. y hoy se sigue esa política de cambio que ya ha demostrado su eficacia. 

Esto mueve a pensar que no solo el turf es un espectáculo atrayente y los caballos son sus mejores protagonistas, sino que también se le debe prestar la debida atención al gusto de quienes acuden a las ventanillas para apostar. Seguramente lo que en una principio se basó en la competencia sobre quién tenía el mejor caballo ahora pasó a ser una industria que genera un movimiento económico indispensable para muchas personas que viven de ella. 

Ahora bien, ¿dónde se ubica el aficionado dentro de estos cambios? , de acuerdo a lo que pienso está en un lugar más cómodo para jugar.  Y no me refiero al lugar que ocupa dentro del circo hípico sino a la forma en que puede apostar. Por teléfono, con una imagen que transmite la señal YouTube viendo la carrera en directo, en el mismo hipódromo con las instalaciones modernas y confortables que ofrecen y de manera especial con las posibilidades que le da una oferta de juegos en todas sus facetas. 

Seamos claros, se puede ganar o perder como siempre, pero acertar una exacta, doble o trifecta en la última carrera y salir empatados o ganando algo, tiene el sabor del retorno a corto plazo.