Ron McAnally es un entrenador estadounidense que hizo mucho por la Argentina y recibió el Pincay Jr. Award, que entrega Laffit Pincay Jr., el jockey de Bayakoa (Consultant’s Bid) y de tantos fenómenos preparados por McAnally y que distingue a quienes “dieron su servicio a las carreras con integridad, extraordinaria dedicación y distinción”. Pincay recibió de McAnally sus primeras montas en los 60 y por años conservó el récord de carreras ganadas que dejaron atrás Jorge Ricardo y el canadiense Russell Baze.
Nacido en Covington, Kentucky, en 1932, el cuidador que está en el Hall of Fame, entrenador de cinco campeones y ganador de tres Eclipse Awards, acaba de cumplir 90 años. “¿Un deseo para Ron por su cumpleaños?” le pidieron a Jan Whitham, propietaria de Bayakoa, dos veces Yegua del Año en Norteamérica, junto con su esposo, el desaparecido Frank Whitham. “Qué tal ¡Go Bayakoa, go!”, respondió. La yegua criada en el haras Principal por Jaime Benedit, es inolvidable en los Estados Unidos.
McAnally compitió con el gran Charles Wittingham, otro ilustre cuidador de argentinos en su establo –Payant, por ejemplo-, Bob Baffert, Robert Frankel y D. Wayne Lukas. Richard Mandella lo alaba: “Es uno de los grandes entrenadores de todos los tiempos y lo demostró con diferentes clases de caballos. Lo he observado y aprendí mucho de él”.
Fiel a sus convicciones, Ron solía comentar: "Siempre pienso en comprar caballos argentinos y observo los videos que me envía el Dr. Ignacio Pavlovsky (padre)". Pepe León, amigo y socio del notable veterinario y criador y también de gran relación con el entrenador, falleció la semana pasada aquí.
McAnally preparó a la campeona Paseana (distinguida con el Eclipse a la Mejor Yegua de 1992), Ibero, Candy Ride, Bienvenido, Different, Miss Serendipity, Victory Stripes, Asidero, Festín, Interaction, entre muchos argentinos consagrados. Y sobre Quick Casablanca, el caballo chileno ganador del Latinoamericano en Palermo, en 2012, que entrenó hasta que tuvo 8 años, dijo, en 2016: “Es tan viejo como yo”. Y él apenas tenía 83 años. El entrenador Eduardo Inda, fue la mano derecha de McAnally durante los 80 y 90.
Chris McCarron, Laffit Pincay, Gary Stevens, Eddie Delahoussaye fueron sus jockeys icónicos. Y si bien dijo que el mejor caballo suyo es –hasta ahora- John Henry, Caballo del Año dos veces y ganador del Arlington Million otras tres, algunas confidencias revelaron que dos caballos argentinos compartían una especie de podio con aquel. Uno, Bayakoa, el otro Candy Ride, que lo deslumbró el día del debut en Hollywood Park: "Fue impresionante. Estamos muy contentos y orgullosos. Todo el hipódromo habló de él; corrió extraordinariamente. Desde que lo vi en la Argentina me gustó". Hoy gran padrillo, Candy Ride fue retirado invicto aquí y allá.
En 1990, cuando Bayakoa ganó por segunda vez la Breeders’ Cup Distaff (G 1), luchó toda la recta con Go For Wand (Deputy Minister), una potranca que había ganado 10 sobre 13, entre ellas la Breeders’ Cup Juvenile Fillies (G 1), un año antes. Go For Wand sufrió una fractura y fue sacrificada en la misma pista de Belmont Park. No pocos pensaron que fue consecuencia de su esfuerzo por vencer a la yegua argentina. Unos minutos después, en una entrevista con la cadena NBC, McAnally dijo unas palabras que, según The Blood-Horse, quedaron grabadas en él como un tatuaje: “Los caballos dan sus vidas por nuestro placer, para que nosotros los disfrutemos”.
La calle en la que estaban sus boxes en el ahora cerrado Hollywood Park llevaba su nombre. Los agasajos, con Ron McAnally activo, no terminarán.
El Pellegrini del Año también
Recibió el Pellegrini del Año en 1990, de manos de Alfredo Lalor, y nunca lo olvidó. Lo tiene como una distinción gigante en su trayectoria, hasta el punto de que, en una entrevista con el diario La Nación pocos días después de la muerte del Presidente del Jockey Club, pidió hacer una mención: "Me puso muy triste la noticia. Fue un amigo muy cercano".
Por Gustavo González
