Aunque se trató de un clásico non grade la carrera generó expectativas por el regreso a la pista de uno de los dueños de la velocidad en la Argentina -el otro es su medio hermano Labrado-, sobre todo después de aquel buen 4º puesto del zaino en el Gran Premio Félix De Álzaga Unzué (G1) en el que parecía recuperado de las dolencias por las que en un par de ocasiones el hijo de Le Blues había salido a la pista en inferioridad de condiciones.

Y para demostrar que está volviendo a ser el de sus mejores tardes, esta vez el pupilo de Gonzalo Sarno salió a marcar las acciones, sin poder desprenderse y marcado de cerca por Lindo Lio y Racing Craf, e imprimiendo intensos parciales.

Desde los 500 fue Racing Craf el que mostró una intención seria de evitar el regreso al podio del crédito del stud Kirby's, pero fue allí que Brian Enrique le pidió el último esfuerzo a su dirigido y éste pudo mantener a raya al tordillo de Buena Vida, cuyo entorno puede festejar el segundo puesto como si se tratara de un triunfo.

Volvió uno de los reyes de la recta, volvió uno de los caballos del pueblo y volvió el podio multitudinario. Y al parecer hay Luthier Blues por un tiempo más según las palabras de Pilar Roldán, una de las propietarias: "Esto no se termina acá", sentenció e ilusionó a todos los que se imaginan otro duelo de campeones con Labrado. El tiempo dirá.