Pero todos excepcionales y moldeados por la misma mano, la de ese orfebre de la cuida llamado Juan Bautista Udaondo, sin dudas un merecido reconocimiento de Palermo a un grande de su profesión que por cuestiones de salud tiene su carrera en pausa. Pero con quien todos nos ilusionamos que algún día pueda regresar para volver a desplegar toda esa magia que el público pudo disfrutar.

Corrido a la expectativa por Gabriel Bonasola, el pupilo de Nicolás Martín Ferro avanzó de manera decidida en la recta, dio cuenta de Ojos Remoteros en los 300 y al cruzar la meta estableció 1/2 cuerpo de diferencia sobre el ejemplar cordobés, tras 1'21''34c.

En representación de Juan -a la espera de una nueva operación para recuperar su brazo-, su hijo Bautista entregó los trofeos a los ganadores.

Así, El Bermejo alcanzó la quinta conquista de su campaña y jerarquizó su campaña, como si hubiese esperado para brindarle su reconocimiento al querido "Flaco" Juan Bautista Udaondo.