Triste final para el turf argentino en esta nueva edición del Longines Gran Premio Latinoamericano (G1). Una vez más la alegría fue brasilera, como en la mayoría de las ediciones. Las ilusiones eran grandes pero no se pudieron cristalizar por “culpa” de un gran caballo, que le dio a la hípica verdeamarelha su undécimo éxito en la competencia continental.

No dejó dudas Doutor Sureño (Agnes Gold), un representante del Haras Moema, entrenado por Victorio Fornasaro y dueño por partida doble de cotejos de Grupo 1 en su tierra. Vino cómodo, muy alejado de la punta que tuvo varios dueños a lo largo del desarrollo, y en el final voló.

Entró ganándole a tres al derecho, pero bien abierto, como para no tener problemas a la hora de atropellar. Y en los 300 finales pasó de largo como un rayo para llegar al disco en 1’58”2/100 con tres cuerpos de ventaja sobre el peruano Don Feres (Singe The Turf), que no tuvo comodidad para arremeter, y una cabeza más sobre Natan (Señor Candy), el mejor de los argentinos que quedó encerrado por dentro y cuando salió con fuerza ya era demasiado tarde.

“Me siento feliz por la oportunidad de montar un caballo excepcional, no tengo palabras, señaló José Severo tras la carrera. Y agregó: “Corre mucho, es una máquina. Cuando arrancó me di cuenta que no perdía más”, señaló el jinete vencedor que hizo todo bien, ayudando a un caballo que a los 5 años logró su triunfo más importante.

Los otros tres representantes de la hípica nacional llegaron algo alejados Pepe Joy (Fortify) e Irwin (Seek Again) amagaron a poco de ingresar a la recta por el lado exterior, pero en el final se quedaron y finalizaron en el octavo y noveno puesto, respectivamente. Y Best Galano (Galán de Cine) cerró la marcha tras haber venido cerca hasta poco antes de ingresar al derecho.