No porque suceda todo el tiempo hay que naturalizar ciertos hechos. Mucho menos si lo que está en juego es la vida de un profesional y el dinero de los apostadores, fuente vital de ingreso para la actividad turfística. Y lo que ocurrió en la última de Palermo de hoy es el mejor ejemplo de lo que un hipódromo no debe hacer.

Sucedió que al ejemplar Leur Chipre Island -hacía unos minutos que estaban intentando hacerlo entrar en razones- le abrieron las puertas de los partidores cuando su jockey Gustavo Villalba aún trataba de acomodar al zaino del stud Osvaldo, de Río Cuarto. Y el resultado no podía ser otro que el que se dio, porque el pupilo de María Fernanda Álvarez saltó al lagar y terminó dando por tierra con su jinete, quien afortunadamente resultó ileso. Fue evidente que el starter sorprendió al mismo auxiliar de gateras que sostenida al Nº 15 en su cajón, al punto que éste se quedó agarrado de la rienda y por eso el ejemplar largó torcido.

Así se terminó con todas las ilusiones de la gente del interior que con mucho esfuerzo viajó para ver correr a su ejemplar y se terminó volviendo con un gusto amargo en la garganta. Ni qué decir de los apostadores que invirtieron su dinero a las patas del del hijo de Lucky Island que prometía un sport de $ 5,90 e, ironías de la vida, terminó definiendo con el ganador Prisma Halo...pero sin jockey.

Como si le hubiesen echado más nafta (justo en este momento que escasea) al fuego, cuando repitió la carrera Palermo curiosamente lo hizo metros después de la largada. Si no hubo un acalorado reclamo de los apostadores por lo sucedido -tan sólo se escucharon algunos silbidos-, fue porque a esa hora no quedaba mucha gente en el hipódromo.

"Esto pasa todos los días en las largadas y esta vez nos tocó a nosotros. No es mi intención criticar ni a los largadores ni a los auxiliares, con quienes tengo buena relación, pero lo cierto es quedamos todos amargados porque el caballo tenía su chance, en especial los propietarios que son del interior", comentó María Fernanda Álvarez, entrenadora del caballo que perdió toda su chance en la suelta.

La transparencia es un valor fundamental en las carreras de caballos y lo que sucedió en la última de hoy en Palermo sin dudas merece una explicación. Los propietarios, profesionales y apostadores la merecen.