No es sencillo reprisar tras siete meses para ningún caballo, pero hacerlo en 2400 metros, distancia que nunca había recorrido, y en un cotejo de grado máximo parece un examen de altísima complejidad.

Pero Tío Boy (Greenspring) hizo caso omiso a la lógica y brilló en la arena del Hipódromo de La Plata donde alcanzó su victoria cumbre en el Gran Premio Dardo Rocha (G1-2400 metros), la prueba máxima de la hípica sureña.

Es cierto que el representante de la caballeriza El Ciclón, que atiende Marcelo Sueldo, venía de escoltar a Miriñaque (Hurricane Cat) en el Gran Premio República Argentina (G1-2000 metros), pero el desafío parecía una misión imposible.

Sin embargo, con una gran conducción de Gonzalo Borda, superó todos los escollos y dejó una imagen inmejorable, venciendo por 5 cuerpos a Sofware (Treasure Beach) tras 2’29”64/100, quedando tercero Lagarto Boy (Suggestive Boy), que intentó venirse de un viaje pero se cansó.

El vencedor alternó el cuarto y quinto lugar durante la mayor parte del trayecto, se puso tercero al promediar el codo y al finalizar el mismo ya estaba adelante. La recta fue un monólogo del criado en el Haras Vikeda que derrochó su clase ante los aplausos de la concurrencia.

“Estuvo parado unos cuatro meses y después, cuando se fue poniendo a punto, lo quisimos correr una vez antes pero no pudimos. Igual llegó sano y respondió a la clase que tiene”, señaló Marcelo Sueldo tras la carrera.

“Es un caballo con sus problemas de salud y por eso corre de tanto en tanto. Pero es muy noble, tenía un solo trabajo en 2000 metros y solo cuatro desde que volvió a entrenar. Y ganó bárbaro”, remató el jockey Gonzalo Borda.

Y ambos tienen razón. Calidad le sobra al nieto de Potrillón que se lució en este atípico Rocha del 2 de diciembre. Veremos si la salud lo sigue acompañando porque aún con 6 años en el lomo, está para ganar varias batallas más.