El presidente de la Comisión de Carreras del Jockey Club expresó su satisfacción en el final de la jornada del Carlos Pellegrini destacando que “salió muy bien”. Y es cierto. A las dudas de las primeras horas por una baja asistencia, sucedieron las sonrisas por las tres tribunas (Oficial, Paddock y Profesionales) colmadas y un gran movimiento en los jardines y salones y en la carpa junto al disco, gracias a que ahora sí todas las puertas estaban abiertas.

Ya Juan de la Cruz Ramallo había hecho un racconto de lo mucho que se hizo en el hipódromo y lo mucho que queda por hacer, durante su discurso en la ceremonia del sorteo de partidores. Para el público de recursos medios que disfruta de las carreras sin más, fue otra vez la disyuntiva entre usar sus fondos para comprar un espacio y sentarse a una mesa o destinar sus recursos a apostar unos boletos más. En el hemisferio norte también las comodidades se pagan, pero la contrapartida no es tan marcada entre sectores. Además, fuera de la Oficial no se conseguían los programas que San Isidro confeccionó y que incluían comentarios de cada carrera bajo el título “Los Indicados”, con un análisis de las chances de los candidatos sugeridos, ideal para ahorrarle a sus invitados vip y huéspedes la compra de una publicación periodística.

Lo mejor, como siempre, fueron las carreras, las que se corrieron en la pista, no en la casi infantil realidad inteligente. Y fueron sensacionales. Las batallas de El Encinal y No Fear en el Pellegrini, de Edict y Hawaiian Love en la Copa de Plata, las actuaciones de Huapango Torero, en el Anchorena, que demostró que nunca es tarde cuando la dicha es buena, y de Arellano, el potrillo que encabezó el 1-2-3 en el Unzué en una tarde inolvidable del haras El Paraíso y su socio, Triple Alliance.

Del otro lado de la Avenida del Libertador y a unos kilómetros, en la Ciudad de Buenos Aires, el tornado que siguió a la fiesta del Carlos Pellegrini una horas más tarde dejó al hipódromo de Palermo maltrecho y con la incertidumbre por la reunión de esa tarde de domingo. No fue fácil la decisión de abrir las puertas en medio de una selva de troncos y ramas caídas. La carpa del restaurante/disco La Isla de Batuta, en el centro de pista, literalmente voló y personal de Bomberos debió rescatar gente de entre los destrozos. Federico de Achával, presidente de Hapsa, Antonio Bullrich e Ignacio Pavlovsky, presidente y secretario de la Comisión de Carreras respectivamente analizaron la situación y decidieron hacer la reunión. Sin la tribuna Oficial, cerrada por el vendaval; sin paseo previo por seguridad; lleno de fragmentos de materiales que el viento y la lluvia arrancaron de ciertos sectores, como los postes que indican las distancias en la pista. Pero con los caballos del Interior: hubo apenas 17 borrados entre 134 anotados, en esas competencias, en un contexto climático y viral complicado. En ellos, sus entrenadores, sus jockeys, que llegaron para correr el Provincias Unidas y los Encuentros Provinciales, se pensó más que en nadie para que hubiera carreras, por lo cual Palermo agradeció el esfuerzo de su personal. El programa del lunes también se desarrolló en su totalidad.

Gonzalo Atanasof, en el Instituto de Lotería

El nuevo gerente del juego bonaerense pertenece a “las filas de Julio Alak, ex ministro de Justicia provincial y nuevo intendente platense”, describe La Nación.

Estuvo en la empresa que gestionaba la autopista Buenos Aires-La Plata y, en el anterior gobierno nacional, administró la empresa Corredores Viales. Atanasof, que tendrá bajo su órbita los hipódromos de San Isidro, La Plata, Tandil, Azul y Dolores, sucede a Omar Galdurralde, hoy concejal por Lanús y dirigente vinculado con el juego desde su amistad con Martín Insaurralde y que remite a Jorge Rossi, que estuvo a cargo del Instituto y luego de Lotería Nacional. No se conoce que Atanasof tenga contacto con la hípica.