Ni el sol abrasador pudo ponerle freno a la tremenda velocidad de la potranca Papusa Pass, esa que la reservada de El Alfalfar desplegó sobre la arena ardiente de Palermo para imponer condiciones por 7 cuerpos en el Clásico Carlos Casares (G3), para de esa manera recibirse de ganadora jerárquica y, además, conservar el invicto en su salida a la pista.

En verdad, fue un trámite lo de la hija de Distinctiv Pass criada por Alfredo Camogli. Queda claro que con la zaina colorada no hay medias tintas. Lo de ella es a todo nada. Así lo había hecho al ganar debutando por 7 cuerpos y de un tirón en este mismo escenario. Y así lo repitió la pupìla de María Fernánda Álvarez y Walter Suárez al imponer condiciones desde la misma suelta. Y por un margen calcado. Pareciera que si no es por varios cuerpos, para la nieta materna de Key Deputy no es victoria.

Francisco Gonçalves no tuvo que poner toda la carne al asador para ganar con la gran favorita, y el final desahogado le permitió al piloto brasileño perfeccionar su postura sobre su conducida. Avanzando en el epílogol, sin comprometer a la ganadora por supuesto, Gran Mirella y Una Bataclana le dieron un dos - tres a la caballeriza Tinta Roja, nada despreciable para la época de bolsillos flacos que se vive.    

Con dos contundentes victorias en su haber, la invicta Papusa Pass está llamada a ser una de las figuras de la temporada entre las velocistas.