La mejor forma en que se podía despedir a un caballo descomunal como Expressive Smart es la que eligieron Marcos Fiel, su propietario, y los entrenadores María Fernanda Álvarez y Walter Suárez: corriendo, compitiendo en un clásico. La costumbre, honrosa, es que los grandes se retiren frente a las tribunas en un desfile, para que reciba el aplauso de los aficionados, algo que en general sucede cuando el homenajeado deja de “ponerse la chaquetilla”, apurado por alguna lesión o por la inminencia de su nuevo estatus como padrillo.

También hubo desfiles de algunos notables como como El Sembrador, cuando regresó de la inmensa victoria en el Gran Premio Brasil (G 1) de 1995, en Río de Janeiro, que le dio a su propietario, Gilberto Montagna, 1 millón de dólares, una cifra que nunca volvió a verse en América del Sur. Calidoscopio fue otro de los que recibieron el aplauso cuando regresó tras su exitosa excursión a los Estados Unidos, donde ganó la Breeders’ Cup Marathon (G 2) en Santa Anita y el Brooklyn Handicap (G 2), en Belmont Park, a sus 9 años.

Hace poco, el agasajado fue Miriñaque, que hizo un paseo en Palermo después de su admirable campaña con siete victorias de Grupo 1, segundos puestos que conmovieron y algunos intentos en el exterior de los que regresaba entero, para volver a meterse en las más altas exigencias de Palermo, San Isidro y La Plata.

Expressive Smart tiene 9 años, como tenía Calidoscopio en el momento de sus hazañas internacionales. Para el caballo que pertenece a El Clan Corrientes será su 61ª actuación, mientras que el hijo de Luhuk, que defendió los colores de Doña Pancha, salió 40 veces a la pista para competir. “No estamos tristes. Tenemos una mezcla de sensaciones, porque todavía está acá, en el primer box… Termina de la mejor manera y está claro que es lo mejor. Estamos con el sentimiento del nido vacío, pero felices”, revela sonriendo María Fernanda Álvarez, que hace siete años recibía en su stud de Palermo a Expressive Smart y lo entrena junto con su marido -y jefe- Walter Suárez.

“Es el caballo que más tiempo tuvimos con Walter, y que llegue así, ninguno. Se despide de la mejor manera. Es un gran caballo, para nosotros, el mejor. Van a venir amigos, va a ser un día de fiesta y se va a hacer a hacer un video”,

sigue María, adelantando lo que puede pasar el domingo en San Isidro, donde Expressive Smart correrá el Clásico Asociación Argentina de Fomento Equino (L-1200 m). “Elegimos esa carrera porque no iba a salir muy brava y en 1200 metros porque él ya no está tan ligero”.

María recuerda que varias veces le dijo al propietario que más no se le podía pedir. “Marcos tiene una fortuna gigante por mantener a Expressive Smart, que hasta le hizo un regalo ganando el día de cumpleaños”. El secreto de la vigencia está en la sanidad, para María: “Nunca tuvo nada, ni un problema. Tiene un físico privilegiado; Dios le dio mucha salud”. Y admite que tuvieron en cuenta un detalle: “Siempre les cuidamos los aplomos, a todos y él nunca sangró. Hemos retirado caballos buenos porque no queríamos que se rompieran en la cancha y hemos dejado algunos que luego siguieron corriendo y no terminaron bien. Hay que tener en cuenta que las canchas se usan todos los días, aunque se mantienen muy bien”.

 

El futuro de Expressive Smart luego del domingo está en Haras Ojos Azules, de Rosario del Tala, Entre Ríos, que pertenece a Alejandro Rossi, un veterinario que tuvo a Emperor Richard, muerto hace poco, y ahora encontró un relevo, gracias a los buenos oficios de Luis Scalella, el productor de cine y también cliente de Suárez/Álvarez. “Vamos a llevarle alguna yegua, como le dimos a Furious Key”, asegura la entrenadora, que confiesa que ese caballo también ocupa un lugar principal en sus afectos.