A lo largo de su efectiva campaña, que tuvo un par de paréntesis, Marshall Patrol (Violence) había animado algunos de los cotejos de velocidad más importantes del calendario argentino. Sin embargo, a menos de un mes de cumplir 6 años, nunca había ganado un cotejo de grado.
Había impuesto condiciones en Hándicap Manantial y en el Clásico Diamond Jubilee (NG) de 2023, pero no había pasado de ahí pese a haber sido protagonista en un par de cotejos de grado máximo, como el reciente GP Ciudad de Buenos Aires (G1-1000) en el que llegó tercero cerca de Labrado (Le Blues).
Pero al final, un mes más tarde de aquella notable reaparición, el defensor de las sedas del stud Rubio B brilló en Clásico Coronel Pringles (G3-1000 metros), cuyo desarrollo fue un calco del General Lavalle (G3) disputado tres carreras atrás.
William Pereyra puso adelante el pupilo de Carly Etchechoury y lo abrió a más de mitad de cancha para llegar al disco con tres cuerpos de ventaja sobre Logrado Blue (Le Blues) en 53”79/100 para el kilómetro.
Fue la sexta victoria en diez salidas a pista para el criado por La Pasión, que nunca bajó del cuarto puesto. Un caballo bárbaro, más allá que algunos problemitas le impidieron desarrollar al máximo su potencial. Y aunque ya esté algo mayor, aún tiene mucho para dar.
El de Macul
protagonizó en un desenlace vistoso que lo dejó listo para la máxima cita
nacional.
La reservada
de San Benito atropelló con éxito para titularse con su primer G1.
En emocionante
definición, el de San Isidoro marcó la pauta para abrir la programación clásica
norteña.