Ante todo, el reconocimiento para los cinco ejemplares y sus jockeys que aceptaron el desafío de correr el Clásico Blend (L) bajo las condiciones en que se corrió. En medio de un alerta rojo y naranja, es decir bajo una cortina de agua y con una tremenda actividad eléctrica.

Hubo comentarios acerca de que algunos profesionales temieron correr bajo esas circunstancias, por supuesto algo entendible. Pero no obstante, caballos y jinetes le pusieron el cuerpo al cotejo central de sábado en el Hipódromo de Palermo y por eso merecen el reconocimiento y el aplauso, sobre todo los jockeys, por ejercer su profesión, de por sí riesgosa, bajo una circunstancia tan temeraria como prohibitiva.

Para tranquilidad de de quienes cómodamente instalados en el confort de sus casas pretenden, exigen, que "el show debe continuar"...

En ese contexto, Don Rocky pegó primero y más fuerte, y tras asumir todos los riesgos a poco de largar, alcanzó su tercera victoria sobre el llano -ya había ganado el Especial Haras El Paraíso y el Hándicap Parwiz- al alcanzar la meta 1 cuerpo adelante de El Gazpacho, rival que amagó con aguarle la fiesta (como si hiciera falta más agua aún), pero que debió conformarse con servirle de escolta.

Dos cuerpos más atrás, Fiolo Boss completó el podio. El reloj se detuvo en 1'38"50/100 dando cuenta del mal estado de la pista.

Así y en su segunda presentación sobre la arena porteña -el cotejo se iba a correr originalmente en el césped-, guiado valientemente por Iván Monasterolo, Don Rocky desafió todas las alertas meteorológicas para ganar por primera vez en el centro. Suma y sigue el pupilo de Carlos Daniel Etchechoury.