Obvio que después de parciales de 27''56c.; 53''38c.; 1'18''76c. y 1'43''47c. era de esperar que una vez que el puntero Milione fuera puesto a correr de firme por William Pereyra no iba a ser tarea sencilla darle alcance, incluso para el gran favorito de La Providencia. Y así sucedió, porque desde los 400 el vanguardista intentó la disparada y complicó a Gigahertz que debió emplearse al máximo para vencerlo. Sobre todo en la parte definitoria de la carrera, allí donde el crédito de Patero lejos estuvo de entregarse.

Pero en el final y respondiendo al rigor de Altair Domingos, el pupilo de Pedro Nickel Filho quebró la resistencia del que era el único ganador jerárquico del lote y lo derrotó por 1/2 cabeza, tras 2'17''59c. A pesar de una victoria ajustada que puede parecer deslucida, en lo absoluto no lo es, al hijo de Cityscape hay que reconocerle la guapeza, un atributo al que hasta hoy no había tenido que apelar. Y hacer extensivo también el reconocimiento a su rival, galopador con un recorrido jerárquico interesante y que obviamente merece una revancha.

Tercera victoria consecutiva para Gigahertz que cumplió con la formalidad de transformarse en ganador clásico y de ahora en más, seguramente, pondrá la mira en esa carrera que es una obsesión para todos: el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1). Falta mucho para aquello y en el medio, por supuesto, tiene mucho por recorrer.