La información suministrada por Criadores Argentinos da cuenta que durante 2021 la recaudación de los tres hipódromos centrales de la Argentina ascendió a $ 13.025.301.196, lo que implica un alza de 142% frente a 2019 cuando había sido de $5.376.374.431 (la comparación frente a 2020 no tendría sentido porque la mayor parte del año hipódromos estuvieron cerrados).

De la lectura de las cifras surgen varios aspectos para analizar que deben ser puestos en contexto para su correcta interpretación.

Con una economía que en 2021 apenas recuperó el nivel de actividad que tenía en 2019 y una inflación acumulada del orden de 110%, el resultado nominal de los hipódromos luce satisfactorio con un crecimiento en los ingresos del orden de los 40 puntos reales. A esto hay que sumarle que en mayo del año pasado hubo un cierre de dos semanas y durante varios meses se mantuvieron las restricciones para ingreso de público a los escenarios hípicos.

No hay muchas actividades en el país con esa performance en estos últimos dos años. 

Los números son irrefutables, pero van por un carril distinto al que en todo momento marcamos desde este espacio: el trato al aficionado y el valor de las apuestas, que lejos están de estimular la inclusión de mayores apostadores real motor de la actividad. 

Un estudio más exhaustivo y puntual de los boletos jugados podría darnos una idea de si este significativo incremento en las apuestas totales es producto de una concentración en menos jugadores de mayor poder adquisitivo o hubo inclusión de nuevos aficionados.   

Aunque por escaso margen, el Hipódromo de San Isidro fue el de mejor performance con una recaudación en apuestas durante 2021 de $ 5.057.719.330, que implica un alza de 160% respecto de 2019 (2,5 veces más). En el caso del hipódromo del Jockey Club su mejora real de ingresos por apuestas sería del orden de los 50 puntos.

A este resultado incluso se llegó con un menor número de carreras disputadas: 1592 en 2021 contra 1867 en 2019, un descenso de 275 competencias.

El total de premios pagados en 2021 por San Isidro fue de $ 727.046.903 un 48% por encima de 2019 cuando había sido de $ 491.827.874.  De los $ 727.046.903 abonados en 2021 $ 449.849.636 correspondieron al porcentaje de la recaudación (62%) y $ 277.152.294 (28%) al Fondo de Reparación. En 2019 esa relación fue inversa: 65% lo aportó el fondo y 35% la recaudación.  

En 2019 San Isidro recibió del Fondo para premios $ 319.378.595, un 18% más respecto de 2021 cuando fue de $ 277.152.294,36. Esta diferencia de aporte de la ley explica, en parte, porque los premios no corrieron al mismo ritmo que el alza de la recaudación. 

Por su parte, en 2021 el Hipódromo de Palermo vendió boletos por $4.849.366.777, un 153% por encima de 2019 (2,5 veces más). La mejora real de ingresos es del orden de los 40 puntos. Y al igual que en San Isidro hubo una merma en el número de carreras realizadas: 1566 en 2021 contra 1637 en 2019. 

La diferencia con San Isidro es que recibió más dinero de los slots: $484.121.346 en 2021 contra $ 416.034.780, un alza de 16%. 

En 2021 Palermo pagó premios por $ 860.720.187 con la siguiente relación: 56% slots y 44% recaudación. En 2019 abonó bolsas por $ 575.516.324 con la siguiente relación: 73% slots y 27% recaudación   

En el Hipódromo de La Plata el año pasado se recaudaron $ 3.118.216089, un incremento de 108% con relación a 2019. Y también hubo una disminución de carreras corridas al pasar de 1699 a 1451 el año pasado.  El total de premios pagados fue de $ 551.222.180, un 20% por encima de 2019. De ese total el 49% lo aportó el fondo de reparación y el 51% restante el 9% correspondiente a las apuestas. En 2019 esa relación fue: 70% slots y 30% las recaudaciones. La caída de ingresos por la Ley del Turf en 2021 respecto de 2019 en el hipódromo de La Plata es del orden de 20%.

Cabe apuntar que las cifras pueden estar sujetas a ajustes y a asignaciones no contempladas pero el objetivo es observar que con un 2022 muy cercano a la normalidad los hipódromos debieran recuperar ingresos provenientes de los slots y en caso estar en una situación más favorable para avanzar en los cambios estructurales que se necesitan.

Es un buen momento para tratar de establecer nuevas pautas para que el beneficio sea para el conjunto incluyendo como actores principales a los aficionados. 

Está muy claro que el status quo actual sólo beneficia a algunos pocos.