Le quedaba poco por demostrar a Nanda Dea (Fortify) después de imponer condiciones ante los machos en el Clásico Ecuador (G2-1600 metros). Sólo le restaba ratificar esa supremacía en un cotejo de grado máximo, esos que no hay con exclusividad para las yeguas milleras. Y este sábado se le dio a la representante del Haras Santa Inés que brilló en el Gran Premio San Isidro (G1-1600 metros) – Copa Dr. Melchor Ángel Posse.

Si bien no ganó por tan amplio margen como en su anterior presentación, dejó la misma imagen, inmejorable. Vino quinta en un inicio mientras el potrillo Amigazo Sky (Falling Sky) marcaba el camino y así pisó la recta. Pero enseguida encontró el hueco Martín Valle y no dudó: en los 400 la hizo pasar de largo y se encomendó al disco al que arribó en 1’33”29/100 con un cuerpo y medio de ventaja sobre Vespaciano (Daniel Boone), que cargó fuerte en el cierre para dejar tercero, a tres cuartos de cuerpo, a Huapango Torero (Suggestive Boy).

“La yegua te da confianza, tiene una solvencia increíble, es una pinga, de lo mejor que corrí. Cuando le pedís, ella arranca, cuando le das otro ‘palo’ vuelve a arrancar. Es un ejemplar de una clase impresionante y eso se vio reflejado una vez más esta tarde. Me encanta correrla”, señaló Martín Valle, que no regaló ni un centímetro a lo largo del trayecto.

Invicta en el pasto, donde logró sus seis triunfos, y con un solo segundo puesto en la pista de arena sanisidrense, la pupila de Enrique Martín Ferro ratificó en la tarde sabatina que es el mejor exponente de la milla del momento en este escenario. Los machos se rindieron a sus pies y todo parece indicar que su futuro estará en diciembre en el Gran Premio Joaquín S. de Anchorena (G1-1600 metros).

Salvo que sea vendida al exterior con anticipación, algo que no parece improbable habida cuenta de la gran calidad de esta campeona, de muy buena línea sanguínea.